viernes, 9 de noviembre de 2007

La tortilla de patatas

La primera vez que vi cómo Aurora hacía la tortilla de patata, me sorprendió que, en la sartén, partiera con la espumadera los trozos de patata.
Me alarmé, no era la forma de hacer que yo conocía y que había visto antes tantas veces en mi madre.
El resultado, a pesar de mis temores, fue excelente, tanto que decidí adoptar el método. Sólo incorporé una pequeña variante a la receta que, ahora, difiere ligeramente de la que aprendí entonces únicamente en la cantidad de cebolla que yo tiendo a exagerar.
Cuatro patatas medianas cortadas a rodajas de unos cuatro milímetros, cuatro cebollas cortadas de la misma manera y cuatro huevos, luego la sal y el aceite y eso es todo (para cuatro raciones bien completas).
Procuro que la cebolla y la patata se caramelicen en la sartén, para ello es fundamental no lavar previamente la patata pelada, con ello pierde el almidón y ya no se pega. Naturalmente, parto la patata a medio freír, ya casi al final, con la espumadera o con la espátula de madera, no con un cuchillo, los trozos deben quedar algo despanzurrados.
Con la patata y la cebolla bien doradas y escurridas del aceite, mezclo con los huevos batidos, bien batidos pero sin espumar. Todo ello en sartén mediana y controlando la cocción, eso lo hago a ojo, primero a fuego vivo, luego bajo la llama al mínimo y la vuelvo a subir antes de retirar.
Cuando la mezcla empieza a cuajar, le doy la vuelta. La segunda cara es más peligrosa porque ya no tenemos el chivato del huevo crudo, pero si no se requema (ahí cuenta la experiencia), la tortilla sale perfecta.
No debe comerse recién salida del fuego. Como el arroz, la tortilla de patata requiere reposo. A mi me gusta comerla tibia. Es un manjar exquisito que combina perfectamente con un buen “pa amb tomàquet”.
El aspecto también es excelente, la forma circular, la textura rugosa, los hoyuelos, los brillos y las sombras, la gama de colores desde el amarillo pálido de la clara hasta el marrón oscuro de la cebolla caramelizada.
¡Todo un placer para la vista y para el paladar!


--Diez variaciones digitales sobre un fragmento de tortilla de patatas



4 comentarios:

Luigi dijo...

Muy interesante la receta. No le quepa duda que es acertado exagerar la cantidad de cebolla, pues reducida y caramelizada, queda en nada.

Debo probar esto de partir la patata en la sartén...

Gem@ dijo...

Hay un truco para que la tortilla salga esponjosa y es añadir a los huevos un chorrito de leche, unas 4 cucharadas más o menos.
Pruébalo la próxima vez y me cuentas.
Sobre las imágenes digitales es lo más curioso que he visto últimamente.

Anónimo dijo...

Yo siempre voy machacando más que partiendo la patata mientras se van haciendo, las dejo casi como una pasta y, conste, que tengo fama de buena "tortillera" je,je.

Muy original el tema del blog.
¡Un saludo!

E Bosch dijo...

Conozco ese truco, gema, mi madre lo hace a menudo.
Esa es la idea, Rosa, aunque parece que tú vas un poco más allá.

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