martes, 25 de diciembre de 2007

Horror vacui

Detalle panel vertical de la AljaferiaTaradell está a unos ocho kilómetros de Vic. Poco después de Santa Eugènia de Berga, hay una larga recta hasta la entrada a Vic. Muchas veces, cuando conduzco por esta recta guardando la distancia de seguridad respecto del coche que tengo enfrente, el conductor que me sucede siente el impulso irreprimible de rellenar ese hueco y me adelanta.
En una carretera en la que los adelantamientos son prácticamente imposibles si la circulación es medianamente intensa, el conductor que me ha adelantado, consigue llegar a Taradell o a Vic justo delante de mi, es decir, la maniobra de adelantamiento (muchas veces arriesgada) sólo le ha servido para ganar unos segundos.
Yo sonrío y pienso que padece “horror vacui”. No soporta los espacios vacíos.

Dibujo celta“Horror vacui” es una expresión latina que significa literalmente eso; miedo al vacío. Se utiliza en el mundo del arte para describir la condición de abigarramiento formal de determinadas obras que no presentan espacios sin rellenar.
Podemos encontrar muestras de horror vacui en algunos símbolos celtas o en los paneles decorativos labrados con motivos florales o geométricos de la arquitectura árabe.
Parece que el crítico italiano Mario Praz fue el primero en utilizar la expresión para describir la atmósfera agobiante de los interiores Victorianos.

Por estas fechas podemos ver muchas decoraciones navideñas, árboles, pesebres, etc. que incorporan este concepto: ningún hueco sin rellenar.

Muchas veces con algunos colegas hemos comentado sardónicamente la tendencia de algunos clientes al “horror vacui”. Al igual que algunos conductores, algunos clientes no soportan los huecos.

El excelente dibujante y escritor Sempé, comentaba a propósito de la aparición del primer álbum de su amigo el maestro Bosc, lo bien que quedaban los dibujos rodeados de blanco: “Il était formidable son album. L’aération de la mise en pages mettait en valeur ses merveilleux dessins”.
Todos hemos soñado con ver nuestros dibujos publicados rodeados de blanco.
Con su trazo limpio y tembloroso, Bosc rompió moldes en la década de los sesenta. La mayoría de sus historias (muchas de ellas mudas, cosa poco usual entonces) representaban personajes anodinos que se empeñaban en seguir siéndolo siempre. Antimilitarista e iconoclasta, Bosc ponía el acento en la mezquindad y la estulticia humanas.

Bosc. HumoresqueBosc. Combattant




















Felices Navidades.

5 comentarios:

alfonso dijo...

El horror vacui inunda nuestras vidas. Hay una tendencia generalizada a rellenar todo, hasta la mente, aunque sea de pensamientos estúpidos.
Aprecio la belleza de lo simple...

Anónimo dijo...

No sólo encontramos “horror vacui” en el espacio físico en que nos rodea. Nuestro espacio mental también suele estar tan abigarrado de pensamientos que nos hace confundirnos, perder de vista lo esencial. Muchas veces es mejor inclinarse por la simpleza de pensamiento. Nos permite interpretar el entorno, las situaciones y nuestras circunstancias de una forma más auténtica y real

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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